Las aplicaciones más usuales del corcho proyectado son las de terminación de fachadas para rehabilitación evitando puentes térmicos, y quedando de acabado visto en un espesor de 3-4 mm hasta 6mm. El hecho de que el material sea flexible evita la aparición de fisuras por retracción así como por los leves movimientos de asentamiento del edificio en obra nueva. Otro aspecto muy importante es la eliminación de condensaciones internas.
El corcho desplaza los sistemas tradicionales tanto por su versatilidad para rehabilitar y decorar al mismo tiempo, como para la gran diferencia económica que supone por su rápida ejecución, aportando también una estética decorativa espectacular. Destacamos que el material, aunque rugoso permanece limpio a largo plazo.
Este material tiene larga durabilidad y no se ve afectado por los agentes atmosféricos a diferencia de otras soluciones del mercado.